Instagram, la aplicación-red social que Facebook compró esta semana por US$1.000 millones, ha disparado una moda en fotografía digital en la que prevalece el estilo retro.
Puede que estemos en 2012, pero las fotos tomadas por los usuarios de ésta y otras aplicaciones similares no se distinguen mucho de aquellas de los años 70.
Además de servir para darle un aspecto más antiguo a las fotos, Instagram ofrece otros efectos visuales, así como la posibilidad de compartir las imágenes con otras personas suscritas a esta red social.Esta tendencia surgió hace unos años con Hipstamatic, unapp que imita el aspecto de las fotos que sacaban las cámaras fotográficas de juguete. Hoy día, Instagram -lanzada en marzo de 2010- cuenta con más de 30 millones de usuarios.
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La aplicación utiliza filtros para imitar algunos de los procesos que los fotógrafos emplean para empujar los límites de la fotografía, como por ejemplo jugar con la configuración de la cámara o el equipo del cuarto oscuro para aumentar el contraste.
"La idea es transformar la experiencia de tomar fotos con el teléfono en algo ágil, bonito y divertido", dice Kevin Systrom, cofundador del sitio."Nos dimos cuenta de que al sacar fotos con el celular no obteníamos el resultado que queríamos, por eso creamos los filtros y las herramientas para que la experiencia sea más artística".
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