Es el año 2015, y en un centro de datos del gobierno en alguna parte del sur de Inglaterra miles de servidores trabajan sin cesar para que que el país funcione sin problemas.
Al fondo, programas de seguridad funcionan como anticuerpos de un sistema inmune cibernético, patrullando la red que conecta a estos servidores, buscando señales de virus u otras infecciones.
Cada uno analiza la situación empleando sus propios conocimientos y reporta lo sucedido al "cerebro" del centro de seguridad.De repente, uno de estos programas de seguridad detecta a un servidor haciendo cosas extrañas, y en segundos otros programas de seguridad descienden sobre él como un enjambre.
Poco después se toma la decisión de cerrar el servidor antes de que se extienda la infección.
Es así como científicos de Hewlett Packard se imaginan que funcionarán los sistemas de seguridad informática en un futuro no muy lejano, desde uno de sus laboratorios en la ciudad de Bristol, en Reino Unido.
Su trabajo es imaginar escenarios como estos e inventar la tecnología necesaria para que estas visiones se conviertan en productos, que quizás estén en el mercado en tres, cinco o diez años.

HP cuenta con siete laboratorios como el de Bristol.

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