En menos de cinco meses, Netflix, el servicio de suscripción de películas y televisión, sufrió la pérdida de 800.000 usuarios. Aunque sus finanzas se muestran prósperas, la empresa enfrenta un problema: algunos de sus clientes están molestos.
La compañía, que nació en 1997 en Estados Unidos como un servicio de envío por correo de películas y series de televisión en DVD, amplió en 2007 la distribución a través de internet.
Con su expansión a Canadá en 2010, sus clientes superaron los 23 millones.
Eso alegró a muchos.
Sus ganancias aumentaron 65% en el tercer trimestre de 2011, en comparación con el mismo periodo el año pasado, y se ubicaron en US$62.5 millones.
Los ingresos crecieron 49% para alcanzar los US$822 millones, mucho más de lo que habían proyectado los expertos.
Hasta ahora todo suena muy bien. Entonces ¿qué hizo que 800.000 clientes en Estados Unidos abandonaran Netflix?
La mala hora
La respuesta parece ser una: Netflix quiso introducir cambios con mucha rapidez y no tomó en cuenta a sus usuarios.
El anuncio de la estampida de clientes, el primer declive en años, provocó que las acciones de la compañía se desplomaran 27% en la bolsa de Nueva York.
Se reportó que, desde julio, la empresa ha perdido 60% de su valor.
Sus planes de lanzar sus servicios en el Reino Unido e Irlanda en 2012 siguen en pie, pero podrían afectar la rentabilidad de la empresa en el ámbito global.

Netflix es una de las páginas en internet más populares en Estados Unidos.

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